La violencia digital en México (Ley Olimpia)
Palabras clave:
Sexting, Violencia sexual, Ley Olimpia, Ciberacoso, Violencia digitalResumen
Este siglo se ha caracterizado, entre otras cuestiones, por reivindicar los derechos de la mujer, con el fin de buscar un marco legal más equitativo: la perspectiva de género es parte de una agenda que ya no tiene punto de retorno y, entre los diversos pendientes está, sin duda alguna, revisar también lo relativo al respeto en lo que respecta a la violencia en sus distintas clases: económica, psicológica, sexual y a ésta agreguemos el componente de nuestros tiempos: la violencia digital, que deriva del acoso y el uso de las tecnologías. Es un tiempo para visibilizar lo que no era invisible, pero que la sociedad se negaba a ver.
Otro tema que ha cobrado especial relevancia, en sintonía con el anterior, es la protección y derechos de las víctimas, que de manera exponencial se ha incorporado en la legislación nacional e internacional. La sinergia de todo lo anterior abre espacio para tratar las nuevas conductas que han encontrado un nicho entre los vacíos legales de nuestras anquilosadas legislaciones.
El ciberacoso es una de las formas más comunes que puede sufrir un usuario de una red social y, aun sin ser usuario, la red social puede ser el vehículo por el cual otras personas vulneren su dignidad, fama personal, reputación, estima propia y de otras personas que pudieran recibir los mensajes difamatorios. Este tipo de conducta tiene distintas aristas, o puntos de partida, así como una nomenclatura propia.
El sexting consiste en el envío de imágenes con poca o nada de ropa. Es una moda que nació entre los adolescentes y la cual se realizaba a través de los mensajes del teléfono celular (de ahí el nombre que deriva de la unión de texto y sexo en inglés). Bajo la aparente inocencia de un mensaje que solicita “el pack” (que no es otra cosa que un archivo personal de fotos íntimas que se distribuyen entre los jóvenes, principalmente) la pesadilla de su distribución indiscriminada por la red sin consentimiento abre paso a la pesadilla de estos tiempos.